Emilio J. González
Al Gobierno debería caérsele la cara de vergüenza ante la grave situación socioeconómica que vive nuestro país, una situación cuyo dramatismo no sólo ha puesto de relieve la encuesta de población activa correspondiente al cuarto trimestre de 2008 –y sobre todo, el reconocimiento de la necesidad de tener que aprobar ayudas adicionales no sólo a las más de 820.000 familias en las que todos sus miembros se encuentran en paro– sino también al millón largo de personas que, a lo largo de este ejercicio, van a perder la prestación por desempleo.
Según la EPA, en España ya hay 3,2 millones de parados, el 13,9% de la población activa, cifras de por sí escandalosas que serían todavía peores si el Gobierno no hubiera procedido a maquillarlas sacando del desempleo a quienes están afectados por procesos de prejubilación. Los datos demuestran que el paro está creciendo en España a un ritmo galopante y en poco más de un año hemos pasado de una tasa del 8% a prácticamente el 14%. Y eso cuando aún no hemos pasado lo peor de la crisis porque, según la Comisión Europea, todavía nos queda año y medio de recesión por delante y luego vaya usted a saber. Así es que el problema, lejos de mejorar, lo cierto es que va a ir a mucho peor, aun cuando el Gobierno diga que este año no vamos a superar la cifra de cuatro millones de parados y que la tasa será del 15,7%. A la luz de la última EPA, eso no se lo tragan ni los más fervientes seguidores del PSOE. Pero esto, por desgracia, ya no es cuestión de datos, sino de responsabilidades y de preguntarse qué se va a hacer para solucionarlo.
EL PSOE NO SUPO GANAR Y TAMPOCO SUPO PERDER