Miércoles, 06-05-09
Aclaración sobre el parque Arco de Toledo
Leo con sorpresa la información que se da en su diario del día 4 del presente mes. Como asistente a la reunión de la que se da cuenta, deseo manifestar lo siguiente para aclarar algunas inexactitudes:
En primer lugar, no asistieron todos los concejales de la primera legislatura democrática, sino solamente tres representantes del UCD y dos de AP, entre ellos yo mismo.
Se dice que se financió el parque Arco de Toledo con el dinero que debería percibir los concejales, olvidándose en la información que también participó el PSOE.
En ningún momento de la reunión se escuchó a Santiago Longobardo decir que el alcalde se «había reído de él».
La palabra «traidor» que se dice en la información da lugar a falsas interpretaciones, porque parece que se dirigió al alcalde, cuando solamente fue una manifestación humorística de Santiago Longobardo a uno de los concejales de UCD porque se encontraba de acuerdo con el proyecto actual del parque, sin que en ningún momento tuviera el carácter ofensivo que se deduce de la información.
Respecto a la expresión «sustituir los espacios verdes por adoquines y arriates de «maximalistas»», es otra expresión que nadie oyó pronunciar al alcalde y que nada tiene que ver con el estilo que parece se va a dar a la reforma.
En ningún momento el alcalde «tragó saliva» por falta de argumentos, por el contrario, sí se ofrecieron razonamientos y argumentos para la remodelación, como contrariamente se indica en la información. Es más, se ofreció una explicación exhaustiva por parte del arquitecto.
De los cinco concejales asistentes pertenecientes a la corporación del año 1979, solamente discrepó de manera total Santiago Longobardo, indicando que se mantuviera el cerramiento y se hiciera lo que se quisiera en el interior. El resto estaba de acuerdo totalmente, habiendo uno que puso una ligera objeción.
Me da la impresión de que la «polémica» acerca del parque es la normal discrepancia que surge cuando se hace una remodelación, pues cada uno tiene una idea diferente. El PSOE la alimenta como lógica oposición en el Ayuntamiento. Fue lo que sucedió cuando se reformó la plaza de España o se restauró el palacio de Pedro I, llegando un concejal del PSOE a tildarlo de «obra faraónica».
Jesús María Ruiz-Ayúcar
Torrijos