Se acabó la paz cósmica para la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, seriamente amenazada por el «agujero negro» de la derrota en las elecciones europeas. Las órbitas de los planetas y satélites socialistas alrededor del munífico Sol monclovita han dejado de ser armónicas y concéntricas en cuanto la poderosa fuerza de gravedad de las urnas ha dejado noqueadas las expectativas y ha empezado a apuntar a un cambio de ciclo. Así es el proceloso universo de la política: la «galaxia Ferraz» resulta hoy más hostil y peligrosa para Pajín que la «nebulosa Génova», hasta el extremo de que la joven dirigente, huérfana del cariño postelectoral del presidente del Gobierno, puede terminar como una supernova, ese tipo de estrella masiva que, al agotar sus últimos recursos energéticos, derrocha luz antes de apagarse definitivamente.
